17 de octubre de 2010

ORACIÒN PARA ENCOMENDAR A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO LA PEREGRINACIÒN DE NUESTRA SEÑORA DE LA CRISTIANDAD

Oh, Majestad Infinita, Señor Sacramentado, Hijo Eterno del Eterno, nos postramos ante tu sacramento de Amor con profundo respeto y adoración para suplicarte nos concedas los medios espirituales y materiales para la peregrinación que queremos ofrecerte, a fin de que sea conocida  y amada la Misa de siempre donde te ofreces como Victima propiciatoria y sangrante a Tu Padre. No tenemos méritos ni medios materiales, Tú lo sabes, solo contamos con un gran amor a Ti y a Tu santísima Madre.
Estaremos una hora Contigo para invocar Tu Misericordia, nada haríamos sin Ella. Acuérdate Rey Eterno, cuántos de tus Santos se saciaron de la Misa hoy desconocida y despreciada. Acuérdate de todas las reliquias de tus Mártires que yacen en las aras de Tus templos, de las invocaciones, enseñanzas y milagros de tus Pontífices.
Haz Señor y Dios nuestro, que muchos almas puedan “en tu nombre alzar estandartes”, descubrir el sentido penitencial del destierro y edificar pequeñas torres dónde se pueda difundir de nuevo la maravilla de la cristiandad.
Ayúdanos, Dios de los Ejércitos a contrarrestar con tu poder la acción de Satanás, que se expande sin piedad mas y mas, con herejías, apostasías y profanaciones.
Que tu Santo Nombre sea invocado con veneración otra vez, que regrese a la Iglesia el espíritu de la adoración y la reparación, el sentido y la realidad de lo sagrado.
Oh amantísimo Dios, no deseches nuestra pobre oración, si es tu voluntad, danos coraje y valentía  para encarar esta empresa espiritual, para tu mayor gloria y alabanza y si no lo quieres, deshace nuestros planes y danos humildad para no quererlo nosotros.
Somos pocos, pero contamos Contigo. Sabemos por la experiencia de Tu Esposa, la Iglesia, todo el bien que vendrá a los corazones a través de la Tradición y el enojo rabioso que provocará al enemigo. No nos abandones, por tu infinito Amor, “que no quedemos confundidos”.
A Tu Sagrado Corazón, confiamos este asunto y por supuesto a Tu amadísima Madre, a quien ponemos como Señora de la cristiandad, Señora de los que quieren amarte de verdad y que están dispuestos a cualquier cosa con tal de no perderte a Ti y la Eternidad que nos prometes. Mira a tu Madre Señor y no nos dejes solos.
Amen

No hay comentarios:

Publicar un comentario